Soy muy pesada, lo sé. Pero, antes de que empieces a leer, quiero recordarte que la histaminosis no es una enfermedad, es un conjunto de síntomas de uno o varios desajustes en el cuerpo que impiden que degrademos correctamente la histamina que ingerimos o provocan que la generemos en exceso.
Cada caso de histaminosis es un mundo porque cada persona tiene sus propias causas y, por tanto, su propio tratamiento y evolución. Aquí lo explico:
En primer lugar, debes encontrar a un especialista que valore en global el estado actual de tu cuerpo, que entienda tus necesidades y que te pida las pruebas convenientes para tu caso.
Si estás aquí es porque ya te habrás dado cuenta de que en la medicina convencional nos suelen tratar de estresados, ansiosos, etc., pero no nos ofrecen soluciones (quizá tranquilizantes u otros medicamentos, que pueden echar más leña al fuego). Por ello, en enero de 2018 decidí ponerme en manos del equipo de Xevi Verdaguer (en concreto, de Esther Perarnau).
Son psiconeuroinmunólogos (PNI o PNIE), es decir, practican «una modalidad de medicina integradora que busca entender el mecanismo por el que mantenemos o perdemos la salud«. En concreto, lo hacen mediante la suma de «psicología, neurología, inmunología y endocrinología», y el equipo está compuesto por médicos, nutricionistas, psicólogos, ginecólogos, fisioterapeutas, farmacéuticos, etc., para «entender a la persona y su salud desde el origen y no desde las consecuencias«.
Puede parecerte que estas palabras están vacías, pero son la clave de mi recuperación: hasta encontrar a Xevi y su equipo de PNI, fui a médicos de todas las especialidades de las que tenía síntomas (que explico aquí). Lo único que hicieron fue tratar con medicamentos los síntomas de su especialidad, pero en ningún momento se plantearon si lo que me pasaba tenía un punto en común que requería englobar conocimientos de varias especialidades. Y, obviamente, no querían ni oír hablar de histaminosis.
Vayamos a lo que nos interesa: las pruebas que me hice para determinar el origen u orígenes de mi histaminosis y pérdida de salud general (y progresiva). Como decía, existen otras pruebas pero estas son las que mi PNI determinó para mi caso en concreto. Solo tuve que pagar los test de heces y orina que comento más adelante, las demás pruebas las cubrió mi mutua.
También partimos de la base de que yo llevaba un año haciéndome pruebas varias de sangre, intolerancias, etc. con peticiones de digestólogo y endocrino que también incluyo a continuación.
Si no te has hecho una analítica completa recientemente, es un paso indispensable. En mi caso, ya me había hecho muchos, así que los ‘ítems’ que detallaré a continuación son más específicos:
Antes de descubrir la histaminosis, fue lo primero que sospeché que podía tener, ya que tiene muchos síntomas en común. Fui al digestólogo y le pedí todas las pruebas siguiendo el protocolo que la FACE explica a la perfección: serología, histología, citometría duodenal y genética.
La Diamino Oxidasa (DAO) es la enzima que degrada la histamina en el intestino. Me hice el test DAO en laboratorios Echevarne. Muy importante: el resultado tiene que ser también en HDU/mL para saber no solo la cantidad de enzima que tenemos (U/mL), sino su actividad de degradación.
Tip: algunas mutuas lo cubren. Solo necesitarás la petición de tu médico.
*Importante: que tengas valores normales de DAO no descarta una histaminosis, sino que indica que ese no es el origen de tu exceso de histamina, pero puede ser todo lo demás que comento aquí.
*CUIDADO: en estos años compartiendo información, me he encontrado con muchos casos (demasiados) de personas que han sido diagnosticadas de déficit de DAO genético. La única solución que les han dado es suplemento DAO de por vida y dieta estricta baja en histamina. ¿La sorpresa? Algunos de esos casos me escribieron con el diagnóstico y les comenté: realmente hay muy pocos casos genéticos, ¿por qué no miras igualmente qué pasa en tu intestino? (con un profesional PNIE). Lo hicieron y… tachán, sus niveles de DAO se recuperaron. El problema eran parásitos, cándidas, disbiosis, SIBO… Mi consejo es: «la etiqueta» ya la tienes… ¿por qué no vas a ver qué puedes mejorar? Yo no sé qué pasa con esa prueba «genética» (jamás me la he hecho porque tuve claro que quería ir más allá), pero me parece «curioso» que dé positiva a tantísimas personas y que luego se resuelva (si deciden no quedarse en «dieta y suplemento»).
Los digestólogos, ante síntomas como distensión y dolor abdominal, gases y diarrea/estreñimiento, suelen pedir las pruebas de hidrógeno espirado de lactosa, fructosa y sorbitol. Se hacen en tres días diferentes y no consecutivos (para que no interfieran entre ellas), y deberás soplar cada 30 minutos durante 3h en un mismo tubito.
Se hacen pesadas (puedes acabarte varios libros), pero es una buena manera de identificar daños intestinales. Normalmente, estas malabsorciones o intolerancias (a no ser que sean de origen genético) se reducen o desaparecen cuando se reparan los desajustes intestinales que las originan.
Este test es indispensable si quieres saber qué bacterias y en qué medida componen tu intestino (si están equilibradas o si pueden estar provocando tus síntomas intestinales), así como indicadores de inflamación, etc., y para descartar parásitos de manera efectiva. Teletest ofrece diferentes tipos de estudios (menos o más completos, según tus necesidades) que se hacen en casa y recoge un mensajero. Tu PNI te indicará dónde y cuál hacer, si se da el caso.
*IMPORTANTE: se necesita un amplio conocimiento para interpretar estos resultados, relacionarlos con otras pruebas y con la sintomatología del paciente, y para dar el tratamiento adecuado y personalizado. Por tanto, no sirve que te hagas el test por tu cuenta… los PNIE (en mi experiencia) son quienes dominan en este ámbito.
Otra prueba que suele usarse y yo me he hecho, a petición de mi PNI, es la de metabolitos orgánicos urinarios o ácidos orgánicos en orina, que hacen en diferentes laboratorios como Synlab y Teletest. Tu PNI te indicará dónde y cuál hacer, si se da el caso.
*Aclaración: estas pruebas no son para nada comparables con los cultivos de heces o análisis de orina que hacen en la Seguridad Social o mutuas a través de microscopios. Estos tests utilizan la técnica PCR que evita muchísimos falsos negativos y, además, no solo miran un parásito u hongo en concreto, sino los 12-14 más comunes, así como la microbiota en su conjunto.
Es test de hidrógeno y metano espirado (lo hice en Teletest) indica, mediante la ingesta de determinados azúcares, si tenemos un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado y de qué tipo es: hidrógeno o metano. También existe el SIBO por azufre, pero se determina por sintomatología.
*Importante: algunas mutuas y laboratorios solo lo hacen en hidrógeno. No sirve: tiene que ser tanto en hidrógeno como en metano para valorarlo correctamente.
¡Hasta aquí todas las pruebas (para mi caso)! Como ves, es un proceso bastante largo y, aunque tengas mutua, puede ser costoso económicamente (aunque, como decía, solo tuve que pagar dos de las pruebas, ya que las demás las cubrió mi mutua). Sin embargo, es el dinero que más a gusto he gastado (con lo extremadamente ahorradora que soy) porque me está ayudando de verdad a acercarme a la recuperación y al equilibrio que tanto sueño.
¿Conocías estas pruebas? ¿Ya has empezado con algunas?