Ahora que ya sabes cuáles son los síntomas de la histaminosis y las pruebas necesarias para encontrar su origen, es el momento de entender qué es la dieta baja en histamina y cómo llevarla «lo mejor posible» en el contexto de cada persona. Eso sí, que quede claro que esta dieta NO es para todos los casos de exceso de histamina (dependerá del origen, de la causa, de ese exceso), que debe determinarla nuestro PNI, ya que tampoco se aconseja a largo plazo, y que NO es de por vida.
Todos los alimentos tienen histamina, pero algunos tienen un alto contenido. Son los conocidos como ‘alimentos altos en histamina’, precisamente, los que debemos evitar en este tipo de dieta. Además, la dieta sola NO soluciona el problema, sin saber qué origina de base ese exceso de histamina y sin tratamiento (además del estilo de vida, gestión emocional, ritmos circadianos…), solo estaremos restringiendo alimentos un tiempo y, probablemente, volveremos al punto de partida al reintroducirlos.
¡Ojo! Si haces esta dieta por tu cuenta, sin ir de la mano de un profesional (por ejemplo, PNI) y sin llegar al origen de tu histaminosis (¡clave!) es muy probable que no acabes de encontrarte bien, ya que es solo uno de los factores de recuperación y hay que adaptarla en mayor o menor grado a cada persona y sus circunstancias.
Por ejemplo, una persona que tenga histaminosis debido a cándidas, sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) o mal funcionamiento del hígado tendrá que adaptar los alimentos en función de su desajuste principal. Por tanto, la dieta baja en histamina no será para su caso o deberá combinarse con otra (ej.: baja en FODMAPs), además del tratamiento específico.
En mi caso, desde 2020 como alimentos altos en histamina como huevos, chocolate, cítricos y pescado azul sin sintomatología. ¿Por qué? Porque traté mi hígado, intestino, parásitos, disbiosis y candidiasis, además de «tomar decisiones», bajar el estrés, ocuparme de mi gestión emocional, descanso… Y dejando de ser tan estricta con todo, flexibilizando.
El objetivo de la dieta baja en histamina no es mantenerla toda la vida, sino que su finalidad es reducir los niveles de histamina en el cuerpo para reducir la sintomatología.
Además, como comentaba en el apartado anterior, no se trata de decir: «Tengo síntomas de exceso de histamina, hago dieta baja en histamina», ya que no es una relación automática. La alimentación y el tratamiento (más otros puntos de estilo de vida que será necesario abordar) los determinará el terapeuta en función de los desajustes que detecte en cada caso.
Si necesitas seguir temporalmente una alimentación baja en histamina, seguramente verás que de esta manera tu cuerpo se desinflama, te encontrarás mucho mejor física y emocionalmente (la inflamación intestinal se puede reflejar en forma de neblina mental y de «pesimismo»), y dedicar tu energía a encontrar el origen de la histaminosis.
¿Por qué? La histaminosis NO es una enfermedad, sino un conjunto de síntomas a través de los cuales nuestro cuerpo nos alerta de que hay varios desajustes que debemos resolver para volver al equilibrio (hablo más de este tema en posts anteriores).
Hay varios autores que comparten listados de alimentos bajos en histamina. Personalmente, seguía la lista de Xevi Verdaguer porque estoy encantada con él y su equipo con quienes empecé a tratarme en enero de 2019. En ella podrás ver qué alimentos son aptos o y cuáles no.
Eso sí, por mucho que esté en la lista de permitidos, si un alimento no me sentaba bien (por los desajustes intestinales, hepáticos, etc., que estaba tratando) no lo comía ‘porque ahí lo dice’. Los reintroduje cuando mi cuerpo ya estaba preparado y todo en orden.
De nuevo, te recuerdo que esta no es una dieta ‘para toda la vida’ ni ‘para todo el mundo’ (dependerá de tus desajustes), sino que conforme descubres qué falla en tu cuerpo, lo tratas (no es quitar y poner alimentos, tiene un sentido terapéutico y un tratamiento) y lo recuperas puedes ir reintroduciendo alimentos poco a poco.
¿Pensabas que era tan fácil como seguir una lista? Espera, lee esto: