Cómo me diagnosticaron pericarditis y disautonomía (POTS)

La idea de este artículo es, simplemente, compartir ordenadamente qué pruebas y diagnósticos he tenido desde agosto («cuando empezó todo»: puedes leer aquí) hasta noviembre 2020, por si puede darte pistas para abordar tu caso -> ACTUALIZACIÓN (marzo 2021): se trataba de Covid persistente. Lo explico con detalle en mi canal de YouTube: aquí y aquí.

Para que entiendas el porqué de estas pruebas, síntomas y diagnósticos, te pido que leas este texto. En agosto 2020, después de pasar una semana en cama, entre otras cosas, empecé a vivir con muchísimo ahogo, taquicardias al ponerme de pie o hacer algún esfuerzo, presión en el pecho (bajo el pecho izquierdo, hacia el centro del pecho) muchísima fatiga y poca energía, inflamaciones y dolores en partes del cuerpo que antes no me dolían, como el brazo izquierdo, las uniones entre costillas, etc.

Por ello, en un primer momento, me puse en manos de profesionales de la Seguridad Social y, al no conseguir diagnóstico (solo eran ‘nervios’), resultados ni avances, pedí cita con diferentes profesionales privados a través de mi mutua, principalmente cardiólogos e internistas.

Pruebas

¿En qué consiste? Me clavaron dos agujitas en el lateral derecho de la cara (entre la sien y la oreja) que daban estímulos eléctricos a los músculos faciales y me iban clavando una aguja en diferentes fibras de la ceja. El resultado mostró aumentos del jitter y bloqueos en varias fibras = afectación neuromuscular. Es una prueba bastante molesta, no nos vamos a engañar, no vas ahí a dormir, pero yo cerré los ojos, relajé la cara al máximo, desvié la mente a otras cosas… y acabamos en 30′ (si no, puede durar hasta 1h).

Conclusión

El diagnóstico de pericarditis (que puede ser vírica, bacteriana, etc…) y disautonomía (múltiples orígenes diferentes) me ha ayudado a verificar esos síntomas, etiquetarlos y poder demostrarlos, pero no olvidemos que son SÍNTOMAS y, por tanto, seguimos en el camino de buscar orígenes: virus activos, autoinmunidad… -> ACTUALIZACIÓN (marzo 2021): se trataba de Covid persistente. Lo explico aquí y aquí.

Tratamiento natural

Recordad lo que digo siempre, y nunca me cansaré: cada caso es diferente, cada persona es diferente y, por tanto, cada tratamiento tiene que ser personalizado y pautado por el profesional correspondiente. Sin embargo, hice una excepción hablando de suplementación para reforzar el sistema inmune que fue de mucha ayuda para muchos, así que esta vez os hablaré de la parte de ‘extras naturales’ (supervisados por mi psiconeuroinmunóloga -PNIE- y reumatólogo) para ayudar a mi cuerpo a desinflamar. Aquí tenéis todos los suplementos recopilados y a continuación los links a cada uno:

Aprovecho para compartir un poco más sobre este descubrimiento. Ya conocía la marca 100% Natural porque he tomado otros suplementos en el pasado, pero a raíz de mis ‘desajustes cardiológicos’ me recomendaron el suplemento Quinol10 para la salud cardiovascular. Os explico un poco:

El ubiquinol es la forma activa de la coenzima Q10. Es una molécula antioxidante que tiene un papel fundamental en la producción de energía. Además, es un complemento alimenticio liposoluble, lo que significa que el cuerpo lo absorbe muy fácilmente. También es importante saber que tomar ubiquinol no impide ni reduce la capacidad del cuerpo de producir su propia coenzima Q10.

Además de para mejorar la salud cardiovascular, hay mucha evidencia científica de otras aplicaciones del ubiquinol en salud deportiva, fertilidad y salud cognitiva. Aquí podéis ver más info.

Tratamiento farmacológico

En muchos casos, también es necesario un tratamiento farmacológico para que la pericarditis se reabsorba. En mi caso, me pautaron antiinflamatorios pero, como no remitía, me tocó tomar un medicamento que me explotó el cuerpo, literalmente. Era colchicina (aquí podéis leer sobre ella), que se da en pericarditis recurrentes o que no remiten… Aunque hay opiniones de todo tipo. Por eso, repito, cada tratamiento debe ser personalizado y, aun así, mi cardióloga no acertó conmigo, ya que tengo una sensibilidad elevada a muchos fármacos.

Los síntomas horribles que a mí me dio a los 2 días de tomarla (paré el tratamiento totalmente al tercer día), fueron los siguientes:

Tratamiento para reforzar el sistema inmune

Fuera lo que fuese, tenía toda la pinta de un virus, por sintomatología, duración… y porque un mes antes mi PNIE Esther Perarnau (tenéis info de qué es la psiconeuroinmunología en varios posts de mi blog y vídeos de mi canal de YouTube) me avisó de que parecía que había algún virus activo en mi cuerpo, ya que mis niveles de hierro bajaban incluso con suplementación (es decir, estaban llegando al mínimo dentro de los parámetros aceptados en medicina convencional). Este tema lo revisaremos en profundidad en septiembre con las analíticas serológicas correspondientes, ya que podrían haberse reactivado algunos virus.

El caso es que, viendo mi situación y teniendo claro que había virus implicados, hacía falta reforzar mi sistema inmune, así que, por primera vez en la historia (sin que sirva de precedente) comparto mi tratamiento, ya que es una recomendación general para prevenir el coronavirus que hicieron los PNIE (psiconeuroinmunoendocrinólogos), como Xevi Verdaguer (el equipo con el que me trato) en un artículo especial sobre coronavirus (SARS-CoV-2).

Suplementación

* El Mico-Corio contiene cola de pavo o coriolus versicolor, un hongo que acelera el sistema inmune y tiene propiedades anticancerígenas.

Por otro lado, os comparto algunos tips que me ayudaron muchísimo a respirar mejor y sobrellevar los síntomas:

Espero que la información de este post sea útil. Como siempre, es MI EXPERIENCIA y todo debéis consultarlo con vuestro médico o el profesional que lleve vuestro caso. Me alegro infinito de que mi experiencia haya llevado a otras personas con los mismos síntomas a hacerse la prueba y que ellos sí hayan dado positivo. Más que nada para que les crean, les traten y se eviten contagios o secuelas. Yo no puedo saber si fue COVID o no…, pero al menos sabemos que todo fue consecuencia de un virus y no de mi imaginación, como siempre defendí.