¿Alopecia androgénica o síntoma de histaminosis?

«Tienes alopecia androgénica», estas fueron las palabras del dermatólogo cuando, después de 4 años notando que cada vez se me caía más el pelo y de unos meses de caída brutal, decidí ver qué estaba pasando. En aquel momento todavía no sabía nada sobre la histaminosis ni la psiconeuroinmunología, así que mi primer impulso fue acudir a un dermatólogo convencional a través de mi mutua.

Salí de esa consulta decepcionada (porque sabía que ese no era mi problema, ya que tenía muchos otros síntomas) y angustiada, porque la única solución que me dio el dermatólogo fue usar lociones capilares que ni voy a mencionar.

Ya estamos con lo mismo de siempre: ¿por qué se empeñan en tapar los síntomas y tratar todo desde fuera cuando la solución está en tratar la causa interna? Uno de los síntomas tanto de la histaminosis como de celiaquía y otros desajustes intestinales es la enorme caída de pelo y sin ningún tipo de control.

Te recomiendo tanto leer este post (hay tips al final) como ver este vídeo que hice:

Qué pasó con mi pelo

Siempre he tenido mucho pelo, muy largo y bastante bonito. En varias ocasiones, mientras estudiaba en la universidad, me contrataron como modelo de pelo y peinados para marcas reconocidas como GHD, y me seleccionaron para probar productos de L’Oréal.

Me gustaba mucho mi pelo, así que cuando se me empezó a caer a marchas forzadas me asusté muchísimo. Primero pensé que pasaría, que era solo estrés, pero pasaba el tiempo y cada vez tenía menos pelo: pasé de reventar pinzas y gomas a que me resbalaran por el pelo. ¿Qué hice? Pensé que cortándomelo mucho al menos disimularía que tenía poco y aproveché para donar mi pelo a Mechones solidarios.

Si no sabes cómo era mi pelo, quizá te parece que lo tenía bien. Yo solo viendo el poco volumen, poco brillo y esa raíz ‘tan ancha’, respecto a como era, ya tiemblo de recordar esos días.

Mi pelo en septiembre 2018

He tardado más de un año en publicar estas fotografías (y muchas otras peores nunca verán la luz porque las eliminé para no revivir todo el sufrimiento cuando las volviera a ver por el ordenador), solo las habían visto personas muy muy cercanas. Al final, todos tenemos nuestra autoestima y vivimos en sociedades donde la imagen tiene mucho peso, así que «tener alopecia» siendo mujer y a los 27 años me generaba un estrés importante. Llegué a tener pánico al «momento ducha» que antes tanto disfrutaba porque acababa con mechones enteros entre los dedos.

Ahora, aunque no estoy recuperada (es imposible arreglar en menos de un año todo lo que me ha acompañado durante 27 años), pero sí estoy años luz mejor de todo, me siento capaz de compartirlas para que si tú estás pasando por lo mismo no te quedes en ese diagnóstico (y lociones insufribles que no hacen nada) y vayas a encontrar la causa de raíz.

Cómo me ayudó la psiconeuroinmunología

Todavía tengo que compartir mi progreso de salud desde que empecé a tratarme con el equipo de psiconeuroinmunólogos, pero de lo que no cabe duda es que el diagnóstico, tratamiento, dieta y acompañamiento han tenido un efecto brutal en mí: no solo recuperé la regla después de +8 meses de amenorrea que ningún médico tradicional entendía (según el gine todo estaba bien… ya lo explicaré en otro post), sino que claramente he recuperado considerablemente el pelo, aunque no creo que jamás vuelva a tenerlo como antes; ha sufrido demasiado.

Como todo, tanto la recuperación como el estado del pelo van a etapas, pero cada vez está más controlado. No me refiero solo a los cambios de estación (de hecho, a mí se me caía muchísimo más en verano que en otoño o primavera), sino que influyen muchísimas cosas: fases de tratamientos, estado de ánimo (si tienes picos de trabajo, mejor o peor ambiente en tu entorno, etc.), el descanso, la alimentación…

¿Qué me estaba afectando?

En las primeras pruebas con mi PNI (psiconeuroinmunóloga) vimos varios desajustes:

El cambio no fue de la noche a la mañana (aunque la regla me volvió en el primer mes de tratamiento de estos desajustes). Hay que tener paciencia, seguir el tratamiento y la dieta adaptada que nos establezcan, y tener la fuerza necesaria para luchar por nuestra salud física y mental digan lo que digan.

Tips

Por último, dejo por aquí algunos tips que encontré por mí misma y me ayudaron mucho en aquel momento:

Espero que mi testimonio sea útil y que pueda servir a personas con falso diagnóstico de ‘alopecia androgénica’ a encontrar el origen real de su caída de pelo.

¡Gracias por leerme! Si quieres saber más sobre mí, te espero en mi Instagram: @sinhistamina.